Despertaríamos con el rico sonido de la lluvia, creo que es
uno de esos placeres ocultos que todos disfrutamos… Cama Vs Lluvia… A Wolf le
encanta… Aunque no duro mucho el goze, ya que había que ponerse manos a la
obra… Un rápido desayuno en un bar que enfrentaba el Cantábrico, y donde cayó
el primer café por parte de la Embajada
Italiana y al cual no dí mucha importancia. Unas rápidas
instantáneas del centro histórico de la ciudad y nuevamente a la autovía del
Cantábrico.
La siguiente parada sería: Santander, capital de la
comunidad autónoma de Cantabria. Fue una visita realmente fugaz en la que nos
centramos única y exclusivamente a conocer la catedral de Nuestra Señora de la Asunción. Una catedral de
estructura principalmente gótica y que fue construida entre finales del s. XII
y el XIV. Estaba formada por dos plantas superpuestas, donde abajo se
encontraba la cripta y un claustro con dependencias ajenas. De todos modos,
todo esto era más fácil con el tío Michele, ex profesor de Historia y Filosofía,
el cual nos hizo la visita mucho más amena. Lo clasificaría en ese grupo de
personas que considero como libro abierto, pregunta igual a respuesta.
Proseguiríamos la ruta hasta una pequeña ciudad con encanto
medieval: Santillana del Mar, conocidamente como “la villa de las tres mentiras”, puesto que no es santa, ni llana,
ni tiene mar. Esta villa fue declarada conjunto histórico-artístico en 1889 y
no es para menos, este pueblo es realmente un viaje a través del tiempo y no se
si es algo personal, seguramente sí, pero soy un enamorado de los pueblos
medievales… De hecho estoy prácticamente seguro de que Wolf inició a realizar
sus primeras apariciones durante esta época, “dentro del caos de opiniones sobre la licantropía una de las que tuvo
mayor fuerza durante la Edad Media ”
Comeríamos en un pequeña posada antes de retomar la ruta, donde caería el 2do
café por parte de Italia. Sería un España 0 – Italia 2.
Dejamos Santillana a nuestras espaldas bajo la lluvia, como
no, y un gran grupo de peregrinos. Nuestra siguiente parada estaría 30km Oeste,
concretamente San Vicente de la
Barquera , un municipio de extraordinaria riqueza natural y
patrimonial. Quede asombrado ante tanta belleza… y por primera vez puedo decir
que el tiempo acompaño, y no porque hubiera parado de llover e hiciera Sol,
todo lo contrario, las nubes y la lluvia le daban un toque místico a este
precioso lugar del cual quedé prendido.
Hicimos una pequeña parada en el puerto de pescadores donde justo vimos
llegar a las embarcaciones repletas de pescado, entre ellos, cabrachos,
sardinas, merluzas, rapes… Seguidamente nos dirigimos a dar un paseo por el
casco antiguo de la ciudad, llegando hasta el castillo del Rey y entrando en la
iglesia de Santa María de los Ángeles, templo gótico que fue mandado a
construir en 1210 por el rey Alfonso VIII, probablemente, sobre alguna
construcción religiosa anterior más modesta. Y para terminar, retrocedimos
hasta el puente de la Maza ,
considerada una de las obras más importantes del medievo, para cumplir con la
tradición… Aguantar la respiración durante el más de medio kilómetro de largo
que tiene el mismo, ¿la recompensa? Un deseo…
La jornada estaba siendo intensa, visitas fugaces en un
viaje fugaz, la verdad el tiempo del que disponíamos era más que ajustado y
había que aprovecharlo al máximo… Dejábamos Cantabria para adentrarnos en
Asturias, concretamente en el pequeño municipio de Llanes. Esta visita fue aún
más fugaz que nuestro viaje, fue salir del coche, dar un paseo por la cofradía
de los pescadores de Santa Ana para echar un vistazo a la reciente obra
realizada por el pintor vasco Agustín Ibarrola conocida como “los cubos de la memoria”, pasear por la
parte vieja del pueblo y directos al coche, eso sin antes tomarse la Embajada Italiana
el 4to café del día, olvidé recordar el de San Vicente, iban a café por pueblo…
Y estaría por llegar el último tramo del día, un Llanes –
Tazones, dejando mochilas en Villaviciosa, lugar donde haríamos noche.
Encontramos este pequeño hotel de 2* llamado Carlos I enclavado en un antiguo
palacete del s. XVI, un alojamiento con mucho encanto y muy económico para ser
el lugar que es, habitación doble + desayuno 40€. Pues lo dicho, dejamos las
mochilas y rápidamente al coche antes de que oscureciera, teníamos Tazones cerca,
un lugar que trae gratos recuerdos al tío Michele, ya que fue un lugar donde
hace más de 40 años había parado junto padre y hermano para comer y con esa
misma intención íbamos. Tazones esta situado a tan solo 11 km de Villaviciosa y esta
situada en la desembocadura de la ría con el mismo nombre, es asimismo famoso por
sus mariscos: centollo, langosta, bugre, percebes, almejas, navajas… Eso sí, al
llegar nos llevamos un grata sorpresa, y eso que el pueblo estaba completamente
vacío, restaurantes vacíos… Los precios de las cartas eran impagables. Así que
vuelta a Villaviciosa y menú de 3 platos y postre por 11€, y esta vez, sin café...
Tazones