domingo, 17 de julio de 2011

WOLF X EL HOSPITAL


 APRETAR PLAY ANTES DE COMENZAR A LEER

Corría una tarde de mayo cuando me dirijía, acompañado de Juan, al modulo C del hospital de Vall d'Hebron donde me citaría con la Dra. Lopez Iglesias, especialista en hematología. Pensé que sería una corta visita en la que me recetarían algún que otro antibiótico y para casa, pero no... Las noticias no fueron muy buenas, acababan de diagnosticarme un cancer linfático. Recuerdo salir de la consulta muy asustado sin saber realmente la gravedad del asunto y al ver nuevamente a Juan no pude contener las lágrimas. Fue un golpe duro que tardé en asimilar un par de días en los cuales se me pasaron mil cosas por la cabeza... "¿por qué a mí? ¿por qué ahora? ¿saldré de esta? ¿podré volver a viajar? ¿y el trabajo? ¿cómo le digo a la familia?..."

Durante un mes me sometieron a todo tipo de pruebas: analíticas, resonancias, medicina nuclear, biopsia medular, biopsia de ganglios... El objetivo de tantos análisis era determinar si se había producido metástasis y ver si la médula ósea estaba afectada. En este periodo tuve tiempo de reflexionar y aceptar lo que me estaba sucediendo, debía de mantener la calma y asegurarme a mí mismo que todo iba a salir bien, concienciarme de que tenía de luchar hasta el final sin bajar la cabeza en ningún momento y lo mejor de todo es que sabía que no estaba solo.

Paralelamente a los hospitales iba haciendo una vida absolutamente normal: acudiendo al trabajo donde mi situación ya era un secreto a voces, un corto viaje a Madrid con el objetivo de tranquilizar a mi madre, permitiendome un gran homenaje en uno de los restaurantes de Ferran y Albert Adrià, disfrutando de una última gran fiesta como fué la del Sonar y sobretodo con un actitud contagiosa...

En el último encuentro con la Dra. Lopez, al que acudí en compañía de mi padre, me dieron los resultados finales de las pruebas, las cuales fueron bastante alentadoras ya que por suerte ni los huesos, ni los órganos estaban dañados. La única mala noticia fue que las células analizadas eran malignas, pero era algo que prácticamente ya sabía. La doctora me informó que para tratar el cáncer tendría que pasar por una serie de seis sesiones de quimioterapia, una cada 15 días, que podrían extenderse hasta ocho según la evolución. También aprovechó para darme fuerzas y tranqulizarme aún más: "Wolf, hay un 90% de que todo salga perfecto". Desde ese momento supe que todo iba a salir bien.

Ya sólo faltaba una semana para iniciar el tratamiento y estaba extremadamente tranquilo, nada consciente de lo que realmente estaba sucediendo, fueron una sensaciones algo extrañas de explicar ya que sentí más preocupación a mi alrededor que la que yo mismo estaba sintiendo. No sabía como actuar al inicio respecto a la enfermedad, me costó añadir la palabra cancer a mi vocabulario y sobretodo el sentirme "enfermo" frente al resto, pero esto segundo es algo a lo que me he acostumbrado rápido, hasta el punto de aprovecharme un poco de la situación, siempre de forma amistosa :).

El 22 de Junio a las 18:15h (15min tarde) acudía con mi padre a la primera sesión de quimioterapia, la sorpresa fue enorme cuando ví a Ari, Alex y Andrey en la sala de espera y más tarde Montes, Galis y Marçal, me sorprendió que vinieran tantos a apoyarme, fue muy bonito... Estando ellos ahí, se paso volando, fueron 2h30min en las que me sumistraron diferentes fármacos vía intravenosa. Tras el tratamiento directo a casa de mi padre donde estarían esperando Gabriela, Carlos, Pato, Juan y Alex, otra sorpresa, increible... Me sentí bien durante el resto del día... Ya al día siguiente y los tres posteriores me sentí algo embajonado, cansado, algunas nauseas y mareos, lo más parecido a una "resaquilla", nada que no hubiera vivido antes. Al 4to día estaba perfectamente y libre de hacer lo que me apeteciera... 

 









Hoy ha pasado ya casí un mes desde la primera sesión y las sensaciones son buenísimas. Yo me encuentro muy bien, mucho mejor de lo que pensaba antes de comenzar el tratamiento. La seguridad de que todo va a salir bien es total y ahora solo tengo que preocuparme en ocupar tanto tiempo libre y eso se me da bastante bien :). El apoyo incondicional que estoy recibiendo es sin duda una mi fuente de energía número 1, debo de agradeceros a todos lo que estais haciendo por mí, sois los mejores escuderos que podía tener, gracias desde el fondo de mi corazón.

Y debo de dar un especial agradecimiento a tres personas, a mi padre, por su total entrega todo este tiempo, a la Dra. Lopez Iglesias por sus insaciables ganas de llevar todo esto a buen puerto y a Laura Monge por ofrecerme su tan positiva versión sobre el cáncer. 

lunes, 4 de julio de 2011

WOLF x TICKETS

Llegó el día en que Wolf pudo adentrarse en uno de los restaurantes de los hermanos Ferran y Albert Adrià. En este caso fue el recientemente inagurado Tickets situado en la Avd. Paralel, una de las arterias más emblemáticas de la ciudad de Barcelona y muy cercano a casa :). El punto de encuentro fue en el propio Tickets a la 13:00h. He de reconocer que en el camino de casa al restaurante iba algo emocionado, con las ganas de experimentar y de probar todo lo que fuera posible sin importar el precio, esta era una ocasión única así que no podíamos desaprovecharla. Llegué junto a Germán alias "Cori" que apunto estaba de abandonar Barcelona tras un año intenso en la ciudad y allá nos esperaban Carlos y Juan, este último el culpable de que pudieramos disfrutar de tan ansiada experiencia, ya que fue él quien reservó hace unos 3 meses.

En la entrada nos recibió una chica bien simpática, Rosa, que amablemente nos dirijió hacia nuestro altar, en ese corto camino hacia nuestra mesa pude reconocer rápidamente a Albert Adrià, a quién ya tuve el privilegió de atender en una de sus visitas al lugar en el que trabajo. Hablaré más tarde de él. Una vez sentados, lo primero que hicimos fue pedir 4 cañas, que sean Estrella por favor. Con carta en mano, las dudas comenzaron a surgir, no sabiamos como comenzar, el miedo escénico nos había invadido... 


La carta está dividida en 9 secciones, 7 de tapas y 2 de postres, habiendo en cada grupo entre  4 y 5 elecciones: SNACKS, EL PICOTEO, LOS IBÉRICOS JOSELITO, LAS OSTRAS, LOS XUXIS, TAPITAS DEL MAR, TAPITAS DE LA TIERRA, POSTRES y GOLOSINAS.

Iniciamos el espectáculo con una tapa estrella: las olivas adobadas de Tickets, y madre mia...  Una esferificación perfecta que al introducir en la boca explota sin necesidad de masticar, pude observar de inmediato la cara de sorpresa de mis compañeros y tras ella, las sonrisas... Gracias a estas olivas y las recomendaciones de una gran camarera: Mónica, pudimos salir del paso y perderle el respeto a la carta. Tras este sorprendente inicio seleccionamos el vino que nos acompañaría en la primera parte de la comida: L'Equilibrista, un vino blanco 100% xarel·lo de la bodega Ca N'Estruc con D.O Catalunya, delicioso. Y apartir de aquí comenzaría el show de tapas made in Tickets, "...y con todos ustedes: el nido de huevos de codorniz con migas de almogrote, las láminas de ventresca de atún pintada con grasa de jamón ibérico acompañado de bastones de pan, el majado de aguacate con lomo de bacalao picante, el steak tartar de tomate con láminas de pan, las ostras con su perla,  y para terminar con el primer acto les presentamos a nuestra estrella  el Air baguette de jamón ibérico."  


Hasta el momento todo perfecto, una primera parte excelente en el que mi estrella particular fue el majado de aguacate con lomo de bacalao picante, sabrosa la mezcla, que además es la única tapa elaborada en la mesa. Antes de empezar con la segunda parte de la comida nos aseguramos una buena botella de vino tinto, un Camins del Priorat, una de las recientes elaboraciones de Álvaro Palacios directos desde el Priorato, debo reconocer que soy un enamorado de los vinos de esta comarca. El segundo acto estaba apunto de empezar: "...es un placer para mí presentarles: el mollete de papada, las navajas con salsa de jengibre cayena y aire de limón, los espárragos con vinagreta de trufa negra, las minicodornices a la parrilla con miel y menta... y ahora para concluir este segundo acto les dejamos con nuestra favorita; las patatas confitadas con jamón ibérico cocido."


El show estaba resultando ser magnífico, así podía percibirlo en el rostro de mis amigos, estabamos los 4 muy felices, disfrutando de una gran experiencia como es poder comer en uno de los restaurantes de los hermanos Adrià, donde los sentidos toman el protagonismo de todo. En este segundo acto sin duda alguna me quedo con las minicodornices a la parrilla con miel y menta, espectaculares. Ya estabamos llegando al acto final, y como no, queríamos llegar bien preparados... En este caso optamos por un Disznókó Tokaji 3 Puttonyos, un vino afrutado y floral de origen hungaro, exquisito para terminar. "Damas y caballeros, y ahora para finalizar les presentamos el ravioli líquido de queso gaditano Papoyo, la sandía impregnada en sangría, las rocas de merengue seco, los buñuelos de chocolate frío-calientes, el árbol de algodón de Tickets y para acabar, con todos ustedes el pastel tibio de almendras. (mi favorito)"

- "BRAVOOOO, bravooooooo"- gritamos los cuatro-


El show terminó y lo mínimo que podía hacer era dirijirme al director de la función, que en este caso fue Albert Adrià. Me recibió de muy buen agrado, le felicité por el trabajo realizado y tuvimos una corta conversación en la que me invitaba a probar la coctelería contigua al restaurante: el 41ºC. Tras este efusivo encuentro volví a mi butaca y acabamos de rematar la faena con 4 carajillos...

 Con un genio: Albert Adrià