sábado, 28 de septiembre de 2013

Wolf x la Autovía del Cantábrico!!

Despertaríamos con el rico sonido de la lluvia, creo que es uno de esos placeres ocultos que todos disfrutamos… Cama Vs Lluvia… A Wolf le encanta… Aunque no duro mucho el goze, ya que había que ponerse manos a la obra… Un rápido desayuno en un bar que enfrentaba el Cantábrico, y donde cayó el primer café por parte de la Embajada Italiana y al cual no dí mucha importancia. Unas rápidas instantáneas del centro histórico de la ciudad y nuevamente a la autovía del Cantábrico.


La siguiente parada sería: Santander, capital de la comunidad autónoma de Cantabria. Fue una visita realmente fugaz en la que nos centramos única y exclusivamente a conocer la catedral de Nuestra Señora de la Asunción. Una catedral de estructura principalmente gótica y que fue construida entre finales del s. XII y el XIV. Estaba formada por dos plantas superpuestas, donde abajo se encontraba la cripta y un claustro con dependencias ajenas. De todos modos, todo esto era más fácil con el tío Michele, ex profesor de Historia y Filosofía, el cual nos hizo la visita mucho más amena. Lo clasificaría en ese grupo de personas que considero como libro abierto, pregunta igual a respuesta.


Proseguiríamos la ruta hasta una pequeña ciudad con encanto medieval: Santillana del Mar, conocidamente como “la villa de las tres mentiras”, puesto que no es santa, ni llana, ni tiene mar. Esta villa fue declarada conjunto histórico-artístico en 1889 y no es para menos, este pueblo es realmente un viaje a través del tiempo y no se si es algo personal, seguramente sí, pero soy un enamorado de los pueblos medievales… De hecho estoy prácticamente seguro de que Wolf inició a realizar sus primeras apariciones durante esta época, “dentro del caos de opiniones sobre la licantropía una de las que tuvo mayor fuerza durante la Edad Media Comeríamos en un pequeña posada antes de retomar la ruta, donde caería el 2do café por parte de Italia. Sería un España 0 – Italia 2. 




Dejamos Santillana a nuestras espaldas bajo la lluvia, como no, y un gran grupo de peregrinos. Nuestra siguiente parada estaría 30km Oeste, concretamente San Vicente de la Barquera, un municipio de extraordinaria riqueza natural y patrimonial. Quede asombrado ante tanta belleza… y por primera vez puedo decir que el tiempo acompaño, y no porque hubiera parado de llover e hiciera Sol, todo lo contrario, las nubes y la lluvia le daban un toque místico a este precioso lugar del cual quedé prendido.  Hicimos una pequeña parada en el puerto de pescadores donde justo vimos llegar a las embarcaciones repletas de pescado, entre ellos, cabrachos, sardinas, merluzas, rapes… Seguidamente nos dirigimos a dar un paseo por el casco antiguo de la ciudad, llegando hasta el castillo del Rey y entrando en la iglesia de Santa María de los Ángeles, templo gótico que fue mandado a construir en 1210 por el rey Alfonso VIII, probablemente, sobre alguna construcción religiosa anterior más modesta. Y para terminar, retrocedimos hasta el puente de la Maza, considerada una de las obras más importantes del medievo, para cumplir con la tradición… Aguantar la respiración durante el más de medio kilómetro de largo que tiene el mismo, ¿la recompensa? Un deseo…










La jornada estaba siendo intensa, visitas fugaces en un viaje fugaz, la verdad el tiempo del que disponíamos era más que ajustado y había que aprovecharlo al máximo… Dejábamos Cantabria para adentrarnos en Asturias, concretamente en el pequeño municipio de Llanes. Esta visita fue aún más fugaz que nuestro viaje, fue salir del coche, dar un paseo por la cofradía de los pescadores de Santa Ana para echar un vistazo a la reciente obra realizada por el pintor vasco Agustín Ibarrola conocida como “los cubos de la memoria”, pasear por la parte vieja del pueblo y directos al coche, eso sin antes tomarse la Embajada Italiana el 4to café del día, olvidé recordar el de San Vicente, iban a café por pueblo…






 Y estaría por llegar el último tramo del día, un Llanes – Tazones, dejando mochilas en Villaviciosa, lugar donde haríamos noche. Encontramos este pequeño hotel de 2* llamado Carlos I enclavado en un antiguo palacete del s. XVI, un alojamiento con mucho encanto y muy económico para ser el lugar que es, habitación doble + desayuno 40€. Pues lo dicho, dejamos las mochilas y rápidamente al coche antes de que oscureciera, teníamos Tazones cerca, un lugar que trae gratos recuerdos al tío Michele, ya que fue un lugar donde hace más de 40 años había parado junto padre y hermano para comer y con esa misma intención íbamos. Tazones esta situado a tan solo 11 km de Villaviciosa y esta situada en la desembocadura de la ría con el mismo nombre, es asimismo famoso por sus mariscos: centollo, langosta, bugre, percebes, almejas, navajas… Eso sí, al llegar nos llevamos un grata sorpresa, y eso que el pueblo estaba completamente vacío, restaurantes vacíos… Los precios de las cartas eran impagables. Así que vuelta a Villaviciosa y menú de 3 platos y postre por 11€, y esta vez, sin café... 


Tazones

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